El volcán y el mar



Ell volcán y el mar juegan a abrazarse. En ese idilio largo y apasionado el mar, siempre revoltoso y juguetón, contempla como al rostro de aquel volcán, una vez joven e impetuoso, asoman las arrugas del tiempo. Y un día, ya solo, mientras sus lágrimas mojan la arena, el mar ruega a la Tierra que le dé otro compañero de juegos.