La Palma

Es dificil condensar la belleza de esta isla -no es raro que se haya ganado entre los canarios el sobrenombre de "la Isla Bonita"- en unas pocas fotos. Ahí van, sin embargo, algunas panorámicas de rincones que me gustaron especialmente. Corresponden al sendero de los nacientes de Marcos y Corderos, a la zona costera de la Fajana, a las casas balconadas de Santa Cruz, y al pintoresco barrio de San Andres, en los Sauces.

Vidrieras

Qué gran invento filtrar la luz, darle forma y color, y conseguir de esta forma no sólo una bonita decoración sino una excelente y didáctica forma de enseñar la doctrina. Porque la vidriera fue un invento de la edad media para cubrir los ventanales de los lugares de culto, especialmente las grandes catedrales. Imagino el coste, el esfuerzo tremendo para realizar estas obras de arte. Siempre he pensado que alguien se adelantó mucho a su tiempo con este tipo de obras. Lástima que no se les ocurriera en aquella época darle movimiento a la imagen proyectada... ¡hubiéramos tenido el cinematógrafo inventado varios siglos antes ! Por cierto, estas bellas imágenes son de Toscana, Cataluña (Montserrat, Barcelona), Menorca y Alemania.

Madrid (III) - Tejados

En el Madrid de los Austrias un joven hidalgo, don Cleofás, que huye de la justicia por una cuestión de faldas, se refugia por casualidad en el desván de un astrólogo que tiene encerrado a un diablo en una botella. El diablo le pide que le dé la libertad y Cleofás accede. A cambio, el que se presenta como Diablo Cojuelo lleva al hidalgo a un mágico viaje en el que ve desde las alturas el interior de las casas de Madrid como si las hubieran despojado del techo.

Divertida novela de Luis Vélez de Guevara. Desde la terraza del Círculo de Bellas Artes, yo también emulé al diablo Cojuelo y me dediqué a sacar fotos desde una perpectiva bastante inédita. ¿Cuántas historias cotidianas se esconden debajo de todos esos tejados?

Buenavista del Norte

Lástima no poder ponerle sonido a estas imágenes: las olas golpeando las rocas, el viento meciendo la vegetación, el ruido de las pisadas sobre los callados de la playa, el suave murmullo de la espuma del mar deshaciéndose sobre la orilla... Peligroso el mar y fría la temperatura, el día no invitaba a bañarse, si acaso a pescar y a pasear deleitándose con la vista de este mar agitado. Muy de agradecer las explicaciones sobre el clima, la geología y la vegetación del lugar. ¡A ver si se repite!

Madrid (II)

Madrid está plagada de estatuas. Unas grandilocuentes, otras heroicas, otras sensuales, algunas diría que hasta inquietantes. En piedra, bronce, mármol y decorando fachadas, parques, fuentes, hasta cafeterías... Cualquier excusa es válida para mostrar la belleza que el artista puso en ellas. Por cierto, me siento deudor de Marcos Marrero, excelente fotógrafo, que se me adelantó a descubrir la belleza contenida en una escultura y a poner su mirada particular y originalísima a la hora de plasmarla en una foto. Este pequeño homenaje va para ti.

Madrid (I)

Madrid es una ciudad difícil de describir. Capital de un país que fue una potencia mundial, sin embargo nunca estuvo a la altura de otras capitales europeas, como Londres, Paris o Viena, aunque algunos de sus museos se cuenten entre los mejores del mundo. Arrastra ese aspecto de capital oficial donde abunda el frío y gris granito que a mí tanto me recuerda a El Escorial y a esa triste arquitectura de la posguerra. Con todo, la modernidad se va abriendo paso con edificios singulares promovidos por el estado y las multinacionales. Los nuevos inquilinos de Lavapiés no se codean con los de Serrano, pero seguro que en una ciudad donde todo el mundo es forastero, encuentran puntos comunes de encuentro. Ciudad acelerada y masificada, pero acogedora y cálida... Siempre me han encantado sus museos, sus parques y, por qué no decirlo, sus estupendos cafés y bares de tapas. Esta vez hice un poco más de turista si cabe, y me traje algunas imágenes de recuerdo.