Madrid (I)

Madrid es una ciudad difícil de describir. Capital de un país que fue una potencia mundial, sin embargo nunca estuvo a la altura de otras capitales europeas, como Londres, Paris o Viena, aunque algunos de sus museos se cuenten entre los mejores del mundo. Arrastra ese aspecto de capital oficial donde abunda el frío y gris granito que a mí tanto me recuerda a El Escorial y a esa triste arquitectura de la posguerra. Con todo, la modernidad se va abriendo paso con edificios singulares promovidos por el estado y las multinacionales. Los nuevos inquilinos de Lavapiés no se codean con los de Serrano, pero seguro que en una ciudad donde todo el mundo es forastero, encuentran puntos comunes de encuentro. Ciudad acelerada y masificada, pero acogedora y cálida... Siempre me han encantado sus museos, sus parques y, por qué no decirlo, sus estupendos cafés y bares de tapas. Esta vez hice un poco más de turista si cabe, y me traje algunas imágenes de recuerdo.