sábado, 29 de noviembre de 2008

Agua







El agua del mar, de la fuente, del estanque. En calma, agitada por el viento, irisada por la luz de la tarde. Siempre cambiante, refleja el color del cielo y del fondo del mar. Fuente de vida, relaja el espíritu e inspira al artista. Estas fotos son un reflejo de todas esas sensaciones. Las horas mirándola absorto dieron como resultado estas abstracciones.

El sueño de la estatua






Las estatuas sueñan con que llegará el día en que serán de carne y hueso, vivirán al igual que los hombres, reirán y amarán como lo hacen los hombres. Mientras esperan ese día , y dura el dulce sueño, nada saben de todo lo demás.

El Cazador de Instantes - Rafael Argullol

lunes, 24 de noviembre de 2008

La Quinta - Santa Úrsula



La Quinta fue en su tiempo hacienda de la aristocracia local. Con el tiempo, y debido a su clima especialmente benigno, se valoró instalar en ella el jardín de aclimatación para aquellas plantas traidas de América que debían pasar a Europa. En el s XIX y principios del XX se instaló allí un campo de golf. Por último, ha sido el objetivo de las constructoras para levantar promociones de viviendas de lujo.
De todo lo que hubo, quedan algunas sorpresas por descubrir. La vieja Hacienda de san Clemente, rodeada de palmerales. Una costa de acantilados espectaculares, viejos dragos escondidos y por todos lados, un manto de verdes tabaibas, cardones y piteras ó ágaves.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Taborno




Taborno es un pequeño caserío dentro del macizo de Anaga. Su nombre le viene del imponente roque que lo preside. En primavera, hay días en que desaparece la bruma habitual, se despeja el cielo y se ofrece al caminante una vista espléndida de sus montañas y barrancos, con el verdor de la laurisilva que aquí encuentra uno de sus últimos refugios y de fondo el mar, donde permancen anclados los Roques de Dentro y de Afuera. Los jardines se llenan de flores y dragos y sobre las paredes antiguas se descubre un manto de líquenes y verodes.

Amanecer en El Teide




Impresionante como siempre, pero más si cabe en el momento en que amanece. Estas fotos las saqué un día de invierno, con El Teide nevado, con un frío que pelaba, pero... ¡qué experiencia ver en la soledad y el silencio de la madrugada la paleta de colores con que se va tiñendo la nieve! Una recomendación: cuidado con la carretera (el hielo la hace especialmente peligrosa), llevarse un termo con alguna bebida caliente y sobre todo, buena ropa de abrigo. Lo demás, es un regalo de la naturaleza...

lunes, 10 de noviembre de 2008

La Orotava. Molinos de gofio





Quedan pocos molinos en pie en La Orotava. Cuento apenas ocho, de los cuales sólo dos siguen en funcionamiento y, aún estos, movidos por energía eléctrica y ya no por agua, como era originalmente. Su forma piramidal característica, tenía una ingeniosa función hidráulica. La fuerza del agua traída mediante canales desde la cumbre, servía para mover las piedras que molían el grano, millo (maíz) y trigo principalmente. Este grano, previamente tostado y luego molido, servía -y sirve todavía- para elaborar el gofio, base tradicional de la dieta de la gente en Canarias. De alto valor nutritivo, sin embargo su consumo ha ido cada vez a menos, reservándose apenas para los platos típicos como el rico escaldón, como acompañamiento de la leche en el desayuno o como postre, amasado con miel y almendras.

La Laguna





Ciudad universitaria. Primera capital de la isla y sede de la Diocesis Nivariense o de Tenerife. El trazado recto y perpendicular de sus calles le viene de haber sido la primera ciudad de paz, no amurallada, que se construyó en Europa con un diseño racional propio del Renacimiento. Fue modelo de muchas otras levantadas en América, que luego la superaron en tamaño e importancia. Su emplazamiento original, tras la conquista de la isla, estaba ocupado por una laguna -de ahí su nombre- de la cual no queda rastro, pues fue poco a poco desecada y privada de los afluentes de agua que la mantenían. Hoy en día, La Laguna, lucha por mantener el antiguo prestigio que tuvo, apuntalado los últimos años con su declaración por parte de la UNESCO como ciudad Patrimonio de la Humanidad.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Ventanas de Sta. Cruz de La Palma






Pasear por la calle O'Daly, también conocida por calle Real, en Santa Cruz de La Palma, es una delicia. Adoquinada, de trazado rectilíneo y atmósfera sosegada y señorial, es un escaparate de arquitectura tradicional canaria. Conserva el aroma decadente de aquella ciudad que fue en su día, junto con Amberes y Sevilla, puerto principal del imperio . Una tarde tranquila de domingo, con esa luz suave de septiembre, aproveché para recorrerla y sacar fotos a todos sus rincones, en especial a sus ventanas.

Rambla de Castro




La Rambla de Castro se ubica en la costa de Los Realejos, al norte de Tenerife. Antigua Hacienda de Castro, data del s. XVI y perteneció a Hernando de Castro, mercader portugués asentado en la zona. De gran valor paisajístico, se ubican en su interior la propia casona de Castro, la ermita de San Pedro y el fortín de San Fernando, dotado de cañones para repeler los ataques piráticos frecuentes en esa época, todo ello envuelto por una vegetación exhuberante en la que destacan múltiples palmeras y algunos dragos. Constituye un pequeño reducto de lo que en su tiempo fue el bosque termófilo que cubría a esa cota la costa norte de la isla. Tiene la categoría de Paisaje Natural protegido.

sábado, 1 de noviembre de 2008

La Orotava (I)




La Orotava, cabeza del reino guanche de Taoro, fue hasta la conquista española el más rico y extenso de los nueve menceyatos en que se dividía la isla. El término comprendía los actuales municipios de Santa Úrsula, La Orotava, Puerto de la Cruz, Los Realejos y San Juan de la Rambla. Era la más deliciosa, fértil y poblada porción de Tenerife.

Orográficamente, el valle se presenta a modo de un gigantesco anfiteatro, cerrado por montañas, coronadas por el Teide y abiertas al mar por el norte, por lo que su clima se beneficia de los húmedos vientos alisios. Lugar de extraordinaria belleza, en él terminó la conquista dela isla Alonso Fernández de Lugo en 1496, tras la derrota de los menceyes guanches encabezados por Bencomo de Taoro. Tras morir éste en la batalla de La Laguna, le sucedió de forma efímera como mencey de Taoro su hijo Bentor, quien antes de sucumbir a la derrota se suicidó despeñándose desde los riscos de Tigaiga.

Del libro "La Orotava, corazón de Tenerife" por Antonio Luque Hdez.